miércoles, 29 de agosto de 2018

El Shopping del Futuro

A la gente le gusta comprar. Quién más quién menos, a todos les gusta ir de compras y entrarle a la ropa, a las herramientas, zapatos, gadgets, comida, chucherías.
Mucha gente encuentra cierto placer en el acto mismo de comprar sin importar si lo que compra lo necesita o no. ¿Cuántos pares de zapatos se han vendido a mujeres despechadas en un momento de debilidad? Zapatos que quizás, jamás se han usado porque el talle estaba equivocado por la hinchazón de los pies al llorar o simplemente por estar distraída. ¿Cuantos jeans de hombres no se han usado porque fueron comprados bajo la promesa de "bajo la cantidad de pan y en un mes me queda perfecto"?
Ni hablemos (bueno, sí, hablemos) del nuevo ritual de comprar por internet y entrar en la dulce espera de recibir el aviso de que nuestro envío está en el correo esperándonos. Ir a buscarlo, abrirlo con expectativas y rogar que es como en la foto etc. Y muchas veces no lo es y termina olvidado en un cajón cerca del piso.
Comprar Comprar Comprar. Deporte del nuevo milenio que cada clase social practica sin distinción, cada uno en su escala.

La Idea

Yo propongo: abramos una empresa que se dedica a restituir el daño económico del shopping innecesario, comprando de nuevo los artículos que la gente adquiere, a solamente un 10% menos. Así de fácil. Te compraste una heladerita tipo Bielsa para salir de picnic pero sabés que no las vas a usar mucho que digamos. Pero te gustó, la viste y estaba buena. Envidiaste a los que realmente la usan y sacan lindas fotos en la naturaleza con su heladerita llena de cervecitas frías y hielos con forma de felicidad. Y la compraste.
Al llegar a casa te arrepentiste un poco. Un poco mucho. Especialmente cuando te acordaste de algo mucho menos vistoso y placentero de comprar como son las medias, y volvés a mirar tu cajón con lástima y te das cuenta de la cantidad de medias lindas que te podrías haber comprado con esos 250 mangos.
Y ahí vengo yo con mi idea: te compro la heladera dentro de la semana de la compra, contra boleta verificable, a un 90% del valor. Del resto yo me encargo. Las vendo, las devuelvo, no es asunto tuyo. Vos recibís tus 225 mangos y vas a lo de Chicho a comprarte las medias.
Incluso se me ocurren promociones para Black Friday en las que si me llamás dentro de las 24 horas de la innecesaria compra de un secador de pelo, una tele más nueva que en realidad tiene conexiones de cables que tu PC no tiene, etc, y en ese caso te pago el 95% del valor.
Y si devolvés más de un producto del mismo negocio, el tercero es a precio completo.

Creo que la tentación de recibir de vuelta prácticamente toda la plata de una compra compulsiva puede mover a mucha gente a sacarse el gusto de ir toda una tarde de shopping, probarse ropa sabiendo que la van a comprar, pasar una tarde linda, divertirse a lo Julia Roberts, y luego saber que todo ese hermoso día solamente le costó un 10% de lo que se gastó y si te he visto no me acuerdo.

Para mí es un golazo.
¿Quién levanta el guante?



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