Perdón de antemano por lo asqueroso que es lo que van a leer.
Es que cuando uno tiene fiebre y otitis y laringitis, el cerebro -que de por sí no da mucha bola- se va por las ramas.
Mientras tomaba el antibiótico y veía desaparecer en mi boca a la pequeña pastillita rosa, me preguntaba: ¿qué garantía me da el fabricante del remedio que la susodicha se va a disolver y hacerme efecto, en vez de seguir el tortuoso camino del que suelen hacerse acreedores ciertos granitos de choclo, que como entraron al cuerpo, salen enteritos e inmunes? (y no te hagas el fino diciéndome que nunca viste uno, ¡eh!)
¿Y si no me curo?
¿Me mandarán a Lola?
7 comentarios:
es que, no sé por qué leyes de la química orgáninca, el antibiótico se disuelve, sí, y toma otro camino: ¿no hacés pis con olor a farmacia?
¿Quién es Lola?
Me suena a plomero cariñoso...
Como estamos ehh...Una dosis, pastillitas...Lo mejor son las cápsulas, esas se disuelven seguro.
¿Ya estás mejor?
hummmm. tranqui, son pastillitas no cálculos renales...
cariñitos y cuídate para no correr riesgos...
Con algunas cosas hay que tener fe ciega, nada de cuestionamientos que se nos vienen la religión y la cura al tacho. Vos confiá en el poder de la pastillita y santo remedio.
Que te mejores pronto, che.
En ciertas oportunidades es mejor no mirar hacia atrás (y en ésta oportunidad ése "mirar hacia atrás" es literal) En ciertas oportunidades es mejor confiar y seguir para adelante. Que te mejores.
Saludos
No se si los rezos o la pastillita, pero milagrosamente estoy de vuelta.
Y digo milagrosamente porque según el médico que me vio ayer, el remedio, la dosis y el tratamiento que me recetó el médico a domicilio, estaban errados.
La parca pierde una vez más.
Ramiro, A morir!!!!
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