Jorge, no se si recuerdan, un día se fue a cortar el pelo. También había decidido afeitarse la frondosa barba que supimos conseguir. Pero eso no lo iba a hacer en la peluquería sino en su casa, con su máquinita de afeitar.
Cuando el peluquero fue cortando su largo pelo, finalmente llegó a la zona de las patillas y le preguntó si se iba a afeitar. Las posibilidades eran: decirle que sí, en cuyo caso el peluquero cortaba por donde quisiese y como quisiese; la otra era decirle que se iba a dejar la barba, obligándolo a cortar en forma degradada y parejita el pelo al ras de la cabeza hasta llegar al espesor de la barba, que se junta con la patilla a la altura del lóbulo y empalmarlos armónicamente. Pero eso, eso es maldad.
Y lo hizo.
4 comentarios:
-¿le corto las patillas?
- ¡sí, claro! ¿y con qué ando? ¿con los cojoncillos?
sí, ya sé, el chiste es viejo y de todo menos fino, pero ¿qué quiere Ud.? Me dió cosita ver el post sin comentarios.
Y cómo quedó? Tal vez, en esta única oportunidad el peluquero tuvo un delirio creativo y lo dejó bárbaro, ¿no?
Fodor: muy considerado de su parte. Sepa que me llevó más de 12 horas entender el chiste. Pero al final me reí.
Cuni: los peluqueros siempre tienen delirios malignos. Nunca te fies de un tipo con navajas; son peores que los monos.
1- Soy peluquero...
2-Me gusta Prince (se q a vos tmb)...
3-Me ahorro de hacer los comentarios sobre este post en particular...
4-saludos y pasa por mis blogs...
www.ceaa.blogspot.com
www.prince3121.blogspot.com
Publicar un comentario