lunes, 16 de abril de 2007

Intrigas

Cuando uno va al baño, sea para lo primero o para lo segundo, nos queda claro cual es la razón por la que expulsamos lo que expulsamos. (esta oración es un claro contraejemplo de llamar a las cosas por su nombre, pero es que no quiero arruinarle el desayuno a nadie).
Cuando nos limpiamos el interior de los oídos con un hisopo, al mirarlo, enseguida nos damos cuenta de por qué hay que hacer esa periódica limpieza.
Cada vez que nos sonamos la nariz, de más está decirlo, vemos que es necesario expulsar toda esa porquería de nuestra naricita respingada.
En síntesis, el cuerpo humano en ese aspecto, es sabio. Elige -y muy bien- qué expulsar de su interior.
También en casos extremos como el vómito, que un mundo de sensaciones se avalancha y saca todo afuera -como decía Mercedes Sosa, en la primavera-.

Pero Ramiro se pregunta, simplemente para demostrar que todavía quedan misterios por resolver en las cosas más cotidianas, ¿qué es lo que el cuerpo expulsa cuando llega ese incontenible sacudón llamado estornudo? ¿malas ondas? ¿espíritus malignos? ¿karma?

7 comentarios:

FL dijo...

humm, creo que algo mucho más prosaico: tierra, polen, etc.
Ooops, perdón, ya la fregué, ¿no?

Luciana Rezzónico dijo...

capaz no tiene mucho que ver, pero a mí, lo que me resulta realmente misterioso e intrigante es el propósito del bostezo!

Beso!

absurda y efímera dijo...

Para mí que es un recurso de las bacterias, los gérmenes y los virus para reproducirse, para hacer colonia en otros cuerpos.

O, a veces, son los mocos que no nos sonamos a tiempo por falta de carilinas. (Situación embarazosa, si las hay)

Tomás Grounauer dijo...

Moco.

Anónimo dijo...

No, che.. no me digas que estornudás con moco incluído!!!

Anónimo dijo...

Ramiro y tus preguntas!
Suelo estornudar por la mañana, ¿estaré despidiendo sueños?

Cuni dijo...

Es un grito disimulado (de alegría o de tristeza).