jueves, 21 de febrero de 2008

Teoría Somnífera

Ayer tuve una experiencia que me hizo reflexionar sobre un tema muy interesante.
Estando parado en una calle doble mano vi pasar un auto de derecha a izquierda. El conductor iba bostezando, y como es de imaginar, instantáneamente comencé a imitarlo. No con el afán de hacerle burla sino con el inevitable contagio que produce este inofensivo y liberador virus que se llama bostezo. Pero hete aquí (bueno, no aquí sino allí, donde ocurrió esto que les relato) que casi simultáneamente pasó un auto de izquierda a derecha y la conductora me vio -quizás de reojo, no sé- bostezando y se llevó puesto el bostezo sin más.
Si resumimos podremos decir que con mi inocente complicidad el bostezo que viajaba de este a oeste se propagó luego en la dirección contraria, y en ese movimiento quizás luego doblase hacia el norte y así sucesivamente.
Todo ello me hizo pensar si acaso los bostezos que vamos llevando por este mundo no son sino el eco interminable e irresistible de un primer bostezo que tuvo lugar allá lejísimo y hace tiempo en -digamos- las cuevas de Altamira, y que nadie supo cómo detener, y que seguirá hasta el final de los días cuando La Parca venga a extirpar el último aliento del último ser vivo de la tierra que -quiero suponer- será un bostezo perezoso que despedirá ese símbolo de la continuidad de los tiempos hasta una nueva oportunidad.

7 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

El bostezo es una forma de vida parasitaria, probablemente de origen extraterrestre, que sobrevive transmitiéndose de un huésped animal a otro.

Ernesto Puesto dijo...

Coincido que es parasitaria, pero no extraterrestre. Yo soy capaz de crear un bostezo a partir de la nada. Vengo a ser como uno de los Dioses para la inmensa comunidad internacional de bostezos. Incluso algunos bostezos me hacen pedidos, pero los ignoro porque me aburren, y me hacen crear mas bostezos

Mercedes Alfano dijo...

Dicen que si hacés un chasquido con los dedos cuando terminas de bostezar, no se contagia

tornes dijo...

Es verdad. El bostezo es la expiación de algún alma errante, que inmediatamente se asimila en otra persona cercana, en su afán de dejar de ser incorpóreo.

microcosmos dijo...

creo que más que una suposición, lo tuyo es un hallazgo.
suelo adorar las explicaciones; y ésta, además de enternecerme un poco, seguro me hará dormir mejor.

Meche dijo...

Estás completamente pirado.

iaiune dijo...

Ahhh eso sí que son pensamientos de trascendencia!
Mientras que se le contagien los bostezos de los conductores, y no le dé por imitar a los que se sacan los mocos mientras esperan en el semásforo, todo bien.