miércoles, 7 de mayo de 2008

La Madera de La Parca

Ramiro viene manejando. O va. según dónde uno se pare. O se siente. O se sienta.
Va por la ruta, a unos 110 km/h.
Delante de él viaja una pick up con unas maderas. Más específicamente unos tablones tipo mesa con varios listones de unos 20 cm de ancho y 3 metros de largo.
Están todos apoyados en diagonal contra lo que sería el respaldo del chofer, y apenas sostenidos con una correa que tiene mucha pinta de ser las de persiana.
Un cálculo de matemática simple indica que si Ramiro viaja detrás de la pick up y la distancia no se acorta entre ambos móviles, es porque viajan, aproximadamente, a la misma velocidad.
Pero Ramiro advierte perspicaz que las maderitas tiemblan. Es como si estuviesen cerca de la frecuencia de resonancia. Ramiro sabe que el chofer no debe ni saber de lo que estamos hablando. Pero seguro sabe que al poner esa correíta pensó: "seguro va a aguantar".
Pero Ramiro no le cree. Porque sabe que La Parca se disfraza de listón si hace falta.
Entonces decide pasar a la pick up. Como no tiene ganas de discutir, lo pasa pro la derecha, haciendo uso de la física y matemática, pisando el acelerador hasta los 120 km/h.
No termina de llegar hasta la mitad de la pick up cuando uno de los listones se libera de la débil custodia de la difunta correa y sale en un alocado y helicoidal viaje asesino hacia atrás, justito donde unos segundo atrás en el tiempo Ramiro se encaminada derechito hacia los brazos de la más cruel de las féminas: La Parca tan temida.
El listón decepcionado se estrella contra el pavimento y deja una lluvia inversa de astillas que se eleva por la imagen del espejito retrovisor de Ramiro, que una vez más respira, no tanto por alivio sino para verificar que sigue vivo.
Y así estamos, una vez más, frente a la pantalla testamento, que deja estas historias plasmadas para que algún día todo esto tenga sentido.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Fiufffff

Bien atento ahí...

¿Podríamos decir en este caso que la Parca es de madera?

Fodor Lobson dijo...

maldita parca y su habilidad para susurrar al oído de los inconscientes seguro que va a aguantar

tornes dijo...

Eso es no sólo burlarse de la parca, es hacerle pito catalán y un faquiu al mismo tiempo.

Anónimo dijo...

A estas alturas llego a la conclusión de que Ramiro cuenta con un sexto sentido.

Libelula de Acero dijo...

Parca 0 - Ramiro (unas cuantas)

Ah que tal! yo era libélula de acero...

Anónimo dijo...

¡usted sí que se busca nicks rimbombantes!