martes, 14 de octubre de 2008

¡Qué Pegada!

Tenía que arreglar una canillita con pegamento. Esos pegamentos rápidos de secado instantáneo.
Como era de esperar, me ensucié dos dedos en mi tarea de plomero inexperimentado.
Entonces me dije que tenía que tener cuidado con tocar algo para que no se me pegue. Fui directo a (otra) canilla para sacarme los restos con un agua tibia. En el momento en que el agua tocó mi pulgar derecho, ahí nomas se quedó pegada. Tan fuerte es el pegamento y tan instantáneo, que no hay nada en el mundo que pueda sacar ese chorrito de agua que hace dos días tengo pegado al dedo y llevo colgado, salpicando a mi paso todo lo que me rodea.

Las cosas irreversibles tienen ese problema. Son más papistas que el papa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay Ramiro, Ramiro, eso le pasa por hacer lo que no sabe hacer...
(Que comentario tonto el mio!, en realidad hacía mucho tiempo que no pasaba por aquí, está muy lindo su blog!)

Anónimo dijo...

¡bienvuelta Mariana!

:)

tornes dijo...

A mi se me pegó un chorro. Horrible.

Meche dijo...

Genial.
Esta entrada brilla.