Durax, toda la vida.
Sí. Hasta que uno realmente se harta y los tira a la basura, enteritos, de puro cansancio.
El problema fundamental es que cuando uno comía asado, debido a ese inconfundible color ámbar translúcido, el juguito de la carne ("¡es sangre, Ramiro, sangre!") no se veía y la sensación era fea.
Alguien tenía que decirlo.
2 comentarios:
Si duran toda la vida, ¿qué sucede cuando los compra un anciano de 98 años?
Un horror esos platos, qué cosa fea, demasiado ochentosos para mi gusto.
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