lunes, 10 de noviembre de 2008

Sean Agradecidos

El otro día tuve la suerte de ver un powerpoint ("una peliculita" como dice mi tía Doris) en el cual indignadísimos se denunciaba un método para robar los datos de la tarjeta de crédito. Paso a paso mostraban, con fotos, en qué consistía: una ranura falsa que lee el contenido de la tirita magnética; un porta folletos que en realidad es el camuflaje de una cámara que filma y transmite a 300 metros de distancia el tecleo de la clave secreta; y con esos datos, te duplican la tarjeta antes de que digas "¡epa!" y se van de joda por Unicenter.
Y yo pienso: el ser humano es una criatura eternamente insatisfecha. Yo, en mi barrio, supe de una técnica igualita a esa, pero con una diferencia sutil: después de retirarte del cajero, te esperaban en la esquina, y te fajaban también. Así, de onda.
Ahora, con esa perspectiva, creo que lo del powerpoint hasta te parece de buena educación, ¿o no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo que soy un gil se como robar tarjetas de cajeros sin que te des cuenta.