Música que se Come

(existe la probabilidad de haber ya escrito este post, y de ser así, sería ver cuál de las dos versiones es mejor. Pasa que tengo una libretita con ideas y a veces no soy tan ordenado para anotar lo que ya escribí y lo que no. sabrán disculpar. ¿sabrán?)

Me di cuenta de que lo que para la gente es la comida, para mí es la música.
Hay gente que de la comida hace todo un asunto. Si van a comer a un bar, no importa si es un restaurante caro o un bar de obreros en Plaza Once, si pidieron un bife con ensalada mixta y puré, no se le vaya a ocurrir al mozo traer la ensalada sin cebolla porque arde troya. Yo no me molestaría en molestarlo. Como lo que venga. Al fin de cuentas la única función de la comida es que no te haga ruido la panza y te deje hacer las otras cosas importantes que tenés que hacer durante tu día.
Pero si estamos hablando de un servicio pago (como lo es un restaurante) de música funcional, y en el contrato dice que es un canal de música Rock, el día que alguien apriete mal un dedito y aparezca un tema de Ricky Martin, ahí sí van a saber lo que es bueno. Ahí sí me van a escuchar, y no precisamente cantando.
Porque al final de cuentas, la música es lo que verdaderamente alimenta al espíritu. Y para que la música se pueda escuchar bien, hay que lograr que el estómago haga silencio.