Quizá algún día escriba un libro sobre estas pequeñas costumbres que tenemos los humanos. Y este bien podría ser el primer capítulo.
Hay un señor que hoy por hoy le doy unos 67 años, y al cual le habría dado 48 cuando yo tenía 20 años y ser viejo me parecía esa edad. Hoy, cuando me voy acercando a las edades de los achaques, tengo que correr la barrera que delimita el territorio de los viejos para quedar afuera. Hasta que la muerte nos separe.
Me fui de tema.
El viejo este, dicho con cariño, nada. Nada de nadar. Ya es algo. Ojala yo flote al menos a esa edad. Y no lo veo nadar porque seguramente lo hace en el carril de la velocidad lenta. Yo, claro, con mi juventud, estoy en el de los veloces. Bueno, a decir verdad no me consta que nada sino que se baña, porque lo veo solamente en el vestuario secándose.
Y el ritual que lleva a cabo tiene que ver con el jabón. El tipo viene a combatir un problema real que todos podemos tener. Digo podemos y no tenemos porque yo no lo tengo. Yo no me baño con jabón en el vestuario de la pileta por esa razón que enseguida detallaré. Yo me baño en casa. Volvamos. El jabón. Uno se baña en un vestuario y el jabón, naturalmente, se moja. Uno también se moja, pero después usa la toalla y se seca. ¿Y el jabón? Un asco. Ni hablar de que esta lleno de pelos. Vaya y pase si es de uso personal y singular. Esa jabonera, en caso de ser es hermética, no pasa nada (si es que los hongos que se generan adentro no te molestan) y si no es hermética, entonces chorrea aloe vera en todo el bolso y te la regalo.
Entonces este veterano, que ha hecho más largos que el de los Locos Adams, encontró una solución que lleva a cabo con la precisión de un relojero, el empeño de un relojero y la prolijidad de un relojero. Estoy empezando a sospechar que es un relojero. No sé por qué. Lo que hace es secar la jabonera, tanto la parte superior como la inferior, por fuera y por dentro; seca también el jabón hasta dejarlo lisito y sequito (y por lo que pude mirar sin ser acusado de fisgón, no le deja pelos) y guarda todo en el bolso sin peligro de derrames.
Pero lo interesante del caso, te preguntarás, es con qué lo seca. No te imaginás que lo hace con la toalla porque es una asquerosidad, aunque se trate de jabón (no olvidar que por más jabón que sea, anduvo por lugares en los que no te gustaría apoyar un alfajor). El viejo usa para secarlo ni más ni menos que el calzoncillo que se sacó. Otra de las razones por las que no me baño en el vestuario es que tengo que llevarme dos mudas de ropa (no, no hablan) o volverme a poner ropa sucia. Ninguna de las opciones las acepto ni contemplo. Pero el viejo sí se lleva, entonces usando el calzón sucio seca todo (voy resumiendo porque me fui un toque por las ramas) y guarda todo. Pero claro, el remate está en la genialidad del calzoncillo, que después lo lleva a la pileta de lavarse las manos, lo refriega sacando una espuma de novela con todo el jabón que se le pegó, lo deja inmaculado, y lo guarda en el bolso. Llega a la casa, lo cuelga, y mañana lo tiene listo y planchadito para volver a comenzar el ritual.
7 comentarios:
que sigan los rituales!
Che. lo de la jabonera es fácil.
1. tiene que ser hermética
2. se puede secar por fuera con la toalla
3. si uno la pone bajo el chorro de la ducha cada vez que se baña en el vestuario de la pileta, y uno va con cierta frecuencia, no crecen hongos
4. los pelos del jabón se quitan con el chorro de la ducha también. Guardar el jabón peludo es una asquerosidad.
¿jodido yo? Noooo
P.S.: anyway,el post estámuy bueno.
Un genio...
Pero che! Dejó toda la jabonera palometeada con la mugre del calzoncillo!! Otra que hongos!!
Para tu próximo cumple (total falta mucho y te vas a olvidar...) te voy a regalar jabón líquido para que lleves al club.
Me pregunto el porqué tanta aversión a uno o dos pelos sueltos, si estando ellos (los pelos) en su lugar de origen (cabeza u otro), hasta nos agrada acariciarlos...
qué es peor, ¿ser fino o obsesivo?
y que es peor, ¿ser un sucio o escribir "o obsesivo" en lugar de "u obsesivo"?
Publicar un comentario