En aquellos tiempos, cuando uno tenía que escribir una carta, agarraba el anotador, un lápiz o birome, empezaba a escribir y borraba y tachaba sin asco hasta encontrar las palabras justas. Una vez terminado el ritual, iba a la Olivetti y colocando una flamante hoja blanca, daba forma a la versión definitiva.
Hoy en día, cuando uno quiere escribir una carta, abre word, mamarrachea sin borronear durante una semana, sin dejar el mínimo rastro de versiones anteriores, llega al texto definitivo, y cuando termina, busca una hoja limpia, una birome linda, y escribe a mano, con un poco de sentimiento en medio de este mundo computadoril, lo que le quiere decir al otro.
4 comentarios:
No hay nada mejor que recibir una carta de carne y hueso !
Ah no, yo primero lo escribo en papel, después puede que lo pase a PC...
Si es que no imprime lo que escribió en Word y listo.
Imagino que si a Michael lo creman, se va a derretir de a poco.
Qué asco.
Y yo, que tengo acciones en LiquidPaper...
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