viernes, 14 de agosto de 2009

Epílogo del Día de Furia

Este final inesperado no lo grabo hablando porque me da vergüenza.
Hoy volví de comprar unas ruedas de goma para un proyecto del que se va a hablar dentro de poco, y arriba de lo que en casa llamamos "el bar" a pesar de no haberse servido jamás una bebida en él, veo el papelito en cuestión. Ese que nunca salió de la máquina y que en caso de haber salido yo nunca agarré, y que tampoco saqué de mis bolsillos al llegar a casa ni lo puse en el bar y que nunca lo volví a ver una vez puesto en la ranura a la hora de pagar.
La hora de entrada y la fecha coincidían, la dirección del estacionamiento también.
Lo único que no coincide es el diagnóstico del doctor que insiste en que yo no tengo Alzheimer.
Increíble.

2 comentarios:

Zorro Viejo dijo...

fijate si en el papel estaban estos numeros. 4-8-15-16-23-42.
Por si las moscas!!!

tornes dijo...

Yo lo tomaría como una advertencia siniestra. The Matrix no es tan fantasiosa. Y miraría de reojo a la tostadora...