Si a una banda no la voy a ir a ver en vivo a un recital, ¿qué corno me importa si para grabar el disco que estoy escuchando hicieron cuarenta tomas superpuestas que nunca podrían ser reproducidas en vivo sin ayuda del playback? A mí lo que me importa es lo que entra por mis orejitas cuando pongo el disco y lo feliz que me hace escucharlo. El resto me importa un carajo.
Bueno, no es del todo cierto. Pero debería.
1 comentario:
No me avergüenza confesarlo: a mí no me gustan las grabaciones en vivo: por más que se esmeren los técnicos, la toma del sonido nunca es perfecta.
Prefiero que los músicos se tomen todo el tiempo que sea necesario, para lograr lo que ellos consideren algo bien hecho, en un estudio obviamente.
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