No logro entenderlo.
Me quedo escribiendo hasta tarde. Son más de las doce de la noche. Es cierto que pasaron más de cuatro horas desde que cené. Lo acepto. Y me duele el estómago de hambre. Mucho hambre. Me comería un plato de lengua a la vinagreta sin pensarlo dos veces.
Pero si estuviese durmiendo, seguro que no me dolía el estómago.
Somos cualquiera.
¡Cualquiera!
5 comentarios:
Comer lengua a la vinagreta está bueno, pero no creo que piense lo mismo el que duerme al lado nuestro.
mmmmmmmmmmm gambaaaaasssss (aka camarones)
el que duerme duerme! no huele!
y usted Fodor, aflojelé a Homero antes de ponerse amarillo!
(¿gambas son camarones? ebn qué país???)
¿Las famosas gambas al ajillo?
en las iberias, a los camarones se les llama gambas, estimado. Y sí, Tornes, las famosas "gambas al ajillo", una delicia.
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