Esto con un Jorgito no Pasa

La gente que viene de Baires le pone buena voluntad. Hay que reconocerlo. Pero la pifian.
En vez de traer Jorgitos, Melitas, Cerealitas, ¡Criollitas! traen havana.
Y una caja de Jorgitos uno se la puede comer de un toque. Pero los havana....
Bueh.
Entonces los mete en el freezer poque se vencen.
Y los come cada tanto para hacerles el favor. Para que vayan desocupando el lugar y poder poner verduras congeladas o burekas.
Ayer saco uno para el café de la noche. Está duro, claro. El alfajor, no el café, bestia. Y si otra cosa está dura tampoco lo voy a venir a publicar acá.
Mientras preparo el café, pongo el Havana en el micro 10 segundos. Lo saco. Lo abro y paso el dedo por la cobertura. Sigue duro. Uff.
Lo pongo así, abiertito de nuevo en el micro. Otros 20 segundos. Y a los 10 segundos... adivinen.
Ahá!
¡El papel se prende fuego!
¡Hijo de puta!
Lo saqué y verifiqué sin sorpresa que ya estaba listo.
Eso sí, el Havana Flambé lo acabo de patentar. No se apuren.