martes, 7 de diciembre de 2010

Lo Sabía!

Nunca quise comprar cables para el auto, de esos gruesos que se usan para conectar la batería de un auto con el otro por si se te queda una luz prendida y no te da para arrancar. Nunca quise porque estaba seguro de que el día que lo hiciese, me iba a quedar.
Finalmente, un día me quedé y no tuve cables. Y como no fue la primera vez, dije "ya fue, compro cables". A la semana y media se me quedó el otro auto.

1 comentario:

tornes dijo...

Me parece que vos sobreexigís a las pobres baterías, escuchando a tanto volumen el estéreo. Necesitás una central termoeléctrica en el auto.