Claro... también la cabeza. Es que... Luca se fue por excesos. Moura y Abuelo también. Spinetta fumó la vida y el cáncer lo comió. Pero no todos. Moro se fue así nomás. Pappo por un accidente y ahora Otero también.
Cosas que pasan.
Me acuerdo que el cabezón, primo de Villanueva, me contó lo cerca que estuvo de estirar la pata Otero allá por los 90. No lo sabía nadie.
Y aún así. La peleó. Y salió.
Otero es uno de esos músicos que querés verlos envejecer como a BB King. Que querés que dure para siempre y que te cuente de su sentir. Porque no es un tipo que pego un hit y vivió de eso. Memphis tocaba todos los faquin fines de semama. El viejo Correo, en Flores ahí en ese galpón que no me acuerod el nombre, en Obras también. Laburantes de la música. Como tiene que ser. Y hacían algo que nadie más hacía. Sin importarles las modas. Pegados a lo suyo y eran una máquina en vivo. Si los habré visto! Se sentía la energía a dos cuadras. La pasión.
Pero bueno, se fue y me pone triste. Especialmente porque estaba saliendo de todo
Y queda la música, como siempre.
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