domingo, 16 de noviembre de 2014

Grandes Confesiones del Rock

Keith Rodgers de "Break Machine"

"No era un silbido"


Keith Rodgers, frontman, cantante y cara visible del grupo Break Machine, que supo ser sensación en las radios de todo el mundo antes de que el planeta sea una pequeña aldea globalizada, sale de su escondite para decir la verdad.

El Break Dance fue una moda tan pasajera como efectiva. La televisión de todos los países del mundo se vio invadida por chicos y adolescentes que trataban de imitar a los astros del nuevo estilo de música y especialmente de baile.

Break Machine, punta de lanza de tan prestigioso movimiento, tanto a nivel musical como coreográfico, disfrutó durante años de los frutos del exitosísimo hit de la época "Street Dance". Sin embargo, a Keith, por dentro, algo lo estaba torturando.

La semana pasada, celebrando su cumpleaños número 60 fue entrevistado por la prestigiosa revista "Pop Never Dies", Keith se quebró y entre lágrimas contó la amarga verdad.

"En el tema Street Dance", relataba entre espasmos provocados por el llanto y una tos producto de fumar habanos incansablemente, "había un silbido en el puente entre la primera estrofa y el estribillo. En todos los programas de televisión en los que nos presentamos en esa época, nos obligaban a hacer playback. No nos dejaban cantar en vivo porque decían que era muy caro llevar todos los instrumentos al estudio. En algunos ni siquiera tenían un alargue para enchufar los instrumentos y nos obligaban a salir haciendo el ridículo. El sintetizador jamás nos lo dejaron llevar porque era un instrumento caro y los productores tenían miedo que se rompiese. Yo les ofrecí envolverlo en esas planchas con burbujitas que en aquella época eran toda una novedad, pero no confiaron en el sistema. Así pues", continúa Keith, sonándose fuertemente la nariz y dejando entrever en su pañuelo un moco negro, debido al tabaco "...cuando llegaba la parte del sintetizador teníamos que intentar tapar su ausencia en el escenario con lo que teníamos. Entonces yo hacía como que silbaba en esa parte. Y los chicos en los programas de televisión trataban de imitarlo. Muchos de ellos comían huevos crudos para sacar ese tono tan particular que en realidad no era humano sino que provenía del Yamaha TRG-349. Yo sentía mucha pena por ellos, que decían que la ingesta de huevos si bien los ayudaba a imitar el silbido, también les traía constipación y picazón en la garganta. Ahora finalmente venció el contrato de 25 años y puedo dar entrevistas a quien quiera y decir la verdad. Ese silbido era un sintetizador y yo nunca supe silbar de verdad. A tal punto era una mentira que en mi familia, con ascendencia en Namibia, tiene prohibido silbar en lugares cerrados porque esa es la forma de invocar a los dioses de la muerte. Quiero pedir perdón a todos en nombre del Break Dance".

Keith no pudo continuar su relato y se excusó para retirarse a su dormitorio. Todavía luce sus equipos de gimnasia Adidas, aunque actualmente le quedan un poco ajustados.



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