lunes, 28 de noviembre de 2016

La Explicación de las Cábalas

A todo queremos encontrarle explicación en este mundo.
Hace siglos que venimos discutiendo si el ser humano fue creado por Dios, si fue una evolución del mono, pero de dónde vino el mono, y por qué tenían ombligo.
Encontramos que el jenjibre hace bien a la garganta y que la zanahoria tiene vitamina D. Sabemos qué crema hay que ponerse para cicatrizar una herida y entendemos lo que es una enzima. Podemos prever el granizo que va a caer el miércoles que viene porque al analizar los vientos y la dirección, junto con la humedad y los pirirpipíes del chiringuito, nos lo confirma.
No nos alcanzó con inventar la rueda o la palanca para mover algo pesado, sino que tuvimos que saber calcularlo y entender que momento = fuerza x distancia. ¡Inventamos la raíz cuadrada, por el amor de Dios! Entonces ya nada te tiene que sorprender.
Cuando estás frente a un evento deportivo, ¿por qué no debería haber una explicación entonces? Uno está frente a la televisión y mira a los costados tratando de disfrazarse de científico. ¿Cómo no? Si se han escuchado miles de historias de descubrimientos que se hicieron por error, y a manos de la gente menos preparada. ¡Si hasta Einstein era un burro en el secundario como vos! Si tiene explicación la gotita de agua que va calando la piedra, este tanto de Del Potro o ese gol de Banfield, ¡también la tienen que tener!
Entonces te ponés como loco: el otro día íbamos perdiendo, me fui a bañar y empatamos. Y te metés en la ducha. Salís y nada. Entonces recordás que tu papá bajaba el volumen de la tele y ponía la radio. Pero acá no hay radio que transmita ¿qué hacemos? Ponemos internet. Pero el otro día abrí Olé y justo hizo un gol River. ¿qué hago? Lo miro? No lo miro? ¿Cambié la toalla de natación? ¡Qué pelotudo! me olvidé! Es mi culpa!
Y así nos convertimos en científicos de entrecasa, todos, cada uno desde su rincón y haciendo sus brujerías que nada tienen de ilógicas. Siemplemente que todavía no entendemos el patrón de comportamiento de la misma manera que no entendemos cuando se viene un terremoto. Y a veces puede ser que vos hagas todo bien, pero el boludo de tu vecino estuvo haciendo lo contrario o quizás la hinchada rival se organizó mejor y todos juntos se pusieron medias azules y ahí cagaste. No te salva ni D10S.
Así que ya saben, hay que seguir intentando. No juzguen al cabulero porque tiene una misión sagrada en pos de la ciencia. Nada es en vano, nada es al pedo. Esta copa, como todo, la ganamos o la perdemos juntos, porque saldrán 11 a la cancha, o 5 en basquet o ni se cuántos en hockey, pero la cábala... la cábala es como la copa: se mira y no se toca.


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