miércoles, 6 de septiembre de 2006

Deliremos el Mundo

Ya que hay tanta tecnología dando vueltas, hago una moción.
¿Vieron esos telefonitos portátiles sin cable? ¡Sí! Esos que tienen botoncitos chiquititos y que no tienen tono, pero que sirven para hablar igual. Yo sé que saben de lo que hablo.
Bueno, a esos celulares (-¿se los llama así porque te van quemando las células del cerebro?-), les agregaron de todo. Pero nada útil.
Todo el mundo bregando por la privacidad, todos borrando cookies, pero le ponen cámaras a los celulares para que si estás de trampa, tu novia te exija que le muestres que de verdad estás en la oficina, y te encuentres en la dificultad de explicarle por qué instalaron luces de colores y espejos en el techo en tu oficina.

Lo que se me ocurre hoy, que estoy mas inspirado que el poxi-ran, es que le agreguen un ecualizador de sonido ambiente. Algo que va en favor de quien habla, del dueño del teléfono, por una vez en la vida.
Así como a la PC le ponés un escritorio con una foto de un paisaje o de tu cantante o familiar predilecto, al celular, según la ocasión, podrás elegirle un ruido ambiente diferente para que suene mientras estás conversando.

¿Ejemplos? ¿Hacen falta?

Te llama tu mamá, por ejemplo. No tenés ganas de hablar. Botoncito y hay ruido de subte. Má, estoy en el subte y no se escucha nada; te llamo cuando llegue a casa.
Te llama tu jefe. Ruido de ambulancias. Hola, estoy en el hospital con un amigo que se rompió la rodilla jugando al squash. Hablamos mañana.

Para muestra, alcanza un botón. El de "send", en este caso.

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