lunes, 18 de septiembre de 2006

Efectos Raros

Necesito que dejen todo para usar la imaginación y tratar de dibujar esto que voy a decir en sus mentes. Vale la pena.

Imaginen un aro de Hula Hula.
Hasta acá, vamos bien. Imaginen 15 personas alrededor tomando el aro con la mano izquierda solamente. Ahora tienen que poner el dedo índice de la mano derecha debajo del aro, tocándolo. (no, ustedes no... las 15 personas). Sin soltar la otra mano, claro. Todo esto a la altura del tórax, más o menos.

La consigna es: cuando yo diga tres, soltar la mano izquierda y que el aro descanse sobre los índices de todas las manos derechas de los 15, y lentamente ir bajándolo hasta apoyarlo en el piso. La única condición es que ninguna de las 15 personas pierda contacto entre su dedo índice y el aro.
Fácil, ¿no?
Preparados, listos...

¿Qué se imaginan que pasa?
¿Sale uno de los 15 corriendo con el aro? ¿Entra Fabiana Cantilo a cantar "hula hula está en tu casa en los kioskos y en los bares"? ¿Se rompe el aro?
O quizás crean que lentamente, chanfleado para aquí o allá, pero al fin y al cabo con éxito, el aro es depositado en el piso.

Bueno, no. Resulta que el ser humano tiene muchos rincones bastante sorprendentes en su cuerpecito.
A ver... preparados... listos... YA!

El aro sube, sube y sube ¡descontroladamente! Todos se miran entre sí y no pueden creerlo. Buscan al culpable; al que en vez de ir bajando está empujando hacia arriba. Las bocas en forma de "O" impotentes no pueden detener el aro flotante. Y a la vez suben el índice para evitar perder contacto, ya que esa era la única premisa.
Luego de unos segundos y de que varios hayan tenido que ponerse en puntas de pies, y -para qué negarlo- que alguno que otro haya despegado su índice hacia abajo para dar aire al resto, el aro empieza a bajar. Un poco inclinado para aquí, otro para allá, pero baja. Lento, pero seguro.

De más está decirles que participar de esa experiencia como una de las 15 personas sin saber lo que va a pasar es por demás adrenalizante. Casi tanto como cuando uno ve al mago hacer desaparecer un conejo delante de nuestra propia naricita.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Che y ese efecto tiene algo que ver con que volvieron los aros de cebolla de Burguer King?

Anónimo dijo...

AY QUE BONITO ARO!

y cuanto hay que pagar para esto?

Anónimo dijo...

ustedes haganse los vivos, ¡total!

Anónimo dijo...

Pensé en aros de cebolla pero no lo dije porque me caen mal.

Anónimo dijo...

Es una experiencia para tomar muy en serio, ya que no cualquiera puede llegar a vivir para contarlo...
Yo supe de un grupo, pero en este caso de diecisiete personas, que se puso alrededor del aro y con el dedo índice y blablablá.
El tema es que el aro se posó delicadamente sobre el suelo, pero las diecisiete personas comenzaron a elevarse y nunca más nadie supo y/o tuvo noticias de ellas.

Anónimo dijo...

definitivamente esos aros de cebolla tenían algo...

deberían estar prohibidos.

Carpe diem dijo...

Si ese aro tenía relación con Fabiana Cantilo, pues ya está todo aclarado: era satánico (cf. pelotudez de mi blog al respecto).