miércoles, 4 de octubre de 2006

Sospechas

Raúl le daba vueltas al asunto y no podía entenderlo. Quizás su ingenuidad combinada con su inocencia le hacían perder el detalle; o es que había técnicas que el desconocía; o las mismas aventuras que jamás había imaginado. Era extraño. Todo muy extraño. Mabel desde hacía días que no dejaba caer el asunto e insistía con lo mismo. Cuanto más trataba Raúl de mostrar su incredibilidad por lo que escuchaba, más se ensañaba su esposa con el asunto.
Todo empezó con una cucharita desconocida que apareció en la casa. Una cucharita de café bastante linda, tallada en el borde y bien lisa y reluciente en el centro.
Mabel primero preguntó inocentemente de dónde había salido, y seguidamente dijo "¿dónde estuviste vos?". Raúl se frotó los ojos para ver si realmente era una cucharita o una tanga con incrustaciones de perlas; de otro modo, no entendía la repentina sospecha que Mabel le impartía.
"¡Es una cucharita! ¿dónde pude haber estado?"; "no sé... ¡decime vos!". Raúl trataba de quebrar a Mabel en su broma pero solamente conseguía enfadarla más y más. "Mabel, lo único que se me ocurre para asociar a una cucharita con una aventura sexual es pensar en una orgía en el Café Trípoli de la esquina del laburo"; "entonces es con alguien del laburo, ya veo".
Cada palabra de Raúl lo enterraba en nuevos ítems a despejar. Mabel se plantaba cada vez más firme en sus trece y Raúl buscaba la cámara oculta que filmaba la broma. Pero el desenlace se demoraba y Raúl ya llevaba cuatro días durmiendo en la pieza de huéspedes.
El miércoles Raúl tardó en volver a casa. Llegó a eso de las once y media de la noche, se duchó y fue directo a la pieza de huéspedes. No le dijo siquiera buenas noches a Mabel. Ya no tenía ese interrogante pesando sobre su cabeza ni quería saber nada. Acababa de dejar en su casa a una chica que hacía su debut en el Café Trípoli como moza y que se había ganado con creces su propina.
A la mañana siguiente le escribió una nota a Mabel contándole lo ocurrido la noche anterior con un lujo de detalles casi obsceno y se fue a trabajar.
Cuando volvió, su esposa lo esperaba en la cama para darle la noche de sexo más intensa de los últimos dos años.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No te creo.

Carpe diem dijo...

Pero... y la cucharita? De dónde había salido? Acaso era la cola de paja de Mabel que se persiguió al ver que su mozo amante había dejado olvidada la cucharita con la que (piii...piii) y por eso montó toda esta situación? Las mujeres son un verdadero hermoso misterio. (Ojo, que también hay hombres que actúan así, no pretendo ser sexista).
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Ah! Pero qué bolú!!! Ahora me acuerdo! Ésa era MI cucharita. Já (otro día les cuento).

Anónimo dijo...

Pasen, pasen!!!
Bienvenidos al más fascinante y misterioso lugar del Universo!!!
Atrévanse a entrar al inexplicable mundo de la mente femenina!!!

Y como bien dice SNM...
"La entrada es gratís...
la salida, vemos"

Muy buena historia, a la que se le podía agregar que después del encuentro y desencuentro de los cuerpos, los dos se durmieron haciendo "cucharita"

Lis dijo...

eso me faltó , la cucharita al dormir...

Anónimo dijo...

ary: ella tampoco

Carpe: ¿la que usaste para tomar la medicación?

Gasper y lis: ¡se ha formado una pareja!

Unknown dijo...

Yo conocí a alguien que dormía con las cucharas.

Cuni dijo...

¿Y cuando las cucharitas duermen juntas qué hacen?
Yo entiendo perfectamente lo que hizo la mujer (y no es por solidaridad con el gremio). La mujer leyó la nota con las explicaciones detalladas del hecho y dijo: "Quiero esto para mí también"...clarísssssimo.