martes, 14 de noviembre de 2006

Violando la Ley

Si se te concediese una violación de la ley, una sola. Una que siempre pudieses violar sin posibilidades de ser condenado.
Yo tengo la mía.
No se si es una ley o son varias, pero me gustaría poder hacer esto. Siempre lo pienso. Claro que nunca lo hago, tranquilo señor agente.
Tener en el asiento del acompañante en el auto una caja de zapatos llena de piedras canto rodado. Viajar con las ventanillas abiertas. Cada vez que algún animal de los que no faltan al volante se mande una flor de cagada que ponga en peligro mi auto, mi vida o simplemente mis nervios, tomaría una de las rolling stones y se la arrojaría al auto en cuestión. No al conductor, sino al auto.
Esta práctica tiene tres ventajas:

1) descarga mi bronquita.
2) le deja una marca en el auto que estampa su merecido en la chapa.
3) señala inequívocamente al infractor de modo que cualquier día que me lo cruce en el futuro sepa cuidarme de sus peligrosas maniobras.

Eso sí: no vale que alguien pida la misma infracción para violar. No sea cosa que se armen guerras de piedras en plena calle... ¡Piedras!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí, robar, obvio. Robar cosas que no me puedo comprar. Un i-pod, una DVD, libros!, CDs!... ah...

Gasper dijo...

Me parece que esta propuesta ya está en práctica porque a mí me han robado muchas veces el corazón y yo no denuncié a nadie.

Carpe diem dijo...

¿¿¿Hay una ley que prohíbe arrojar piedritas desde el propio auto??? Caramba, los legisladores si que están en todas, eh?

Yo no sé qué ley infringiría. Alguna buena debe haber, seguro, pero ahora no se me ocurre. Voy a pensarlo mejor; no es fácil tu pregunta, mi amigo.

Carpe diem dijo...

Lo prometido es deuda. Tras un día de meditación al respecto, encontré mi respuesta: si pudiera violar una ley, lo que elegiría sería viajar sin pagar (sea en tren, colectivo, subte, taxi, avión, etc.). He dicho.
Ahora sí, me despido hasta la próxima.
Saludos.
C.

Anónimo dijo...

Veo que salvo Carpe y Absurda todos la patearon al lateral

Tremens: su idea es fantástica!