Ramiro 4 - La Parca 0

Quizá esté exagerando. O no.
Voy a cargar nafta.
Pará. Me da miedo relatar esto en primera persona. Mejor uso la tercera y así puedo sentir que le pasó a otro.

Hacía ya tres días que percibía un tironeo en el volante hacia la derecha. No cuando iba por calles dentro de la ciudad a baja velocidad sino en avenidas o autopistas. Cuando la velocidad superaba los 100 km/h el auto definitivamente le tiraba el volante hacia la derecha. Pensó que iba a tener que llevarlo al taller para hacer alineación y balanceo. Puteó sabiendo que barato no le iba a salir.
De pronto recordó el tema del aire en las ruedas. Lo relacionó con esa vez que la semana pasada tuvo que subir con el auto a la vereda en un lugar sin subidita, dando un ruedazo al cordón. Seguro había salido un poco de aire de la rueda derecha delantera y ahora el auto estaba desequilibrado.
Fue a cargar nafta entusiasmado. Casi excitado. Una vez terminado el trámite movió el auto hasta el surtidor de aire. Marcó en el tecladito los 35 psi que decía el manual y cuando se dirigió a la parte delantera vio con satisfacción que la rueda estaba visiblemente baja. MUY baja. La presión estaba en 9. Mientras silbaba feliz de haberse ahorrado unos buenos mangos, vio un tornillo clavado en la rueda. Un tornillo que explicaba la falta de aire y que de haberse salido a más de 100km/h podría haberlo llevado no al taller sino a la mismísima morgue.
Tuvo miedo. Instintivamente quiso extirpar el tornillo pero recordó que para algo sirve la experiencia en esta vida, y lo dejó. Si pudo andar tantos kilómetros en esas condiciones, seguramente podría soportar dos o tres cuadras más hasta una gomería.
Y así lo hizo.
El que atendía en el local se puso serio al verlo entrar con el auto sano y salvo. Dejó la guadaña en un costado refunfuñando y se puso el overall para cambiar la rueda sin chistar.