viernes, 17 de abril de 2009

Cada Día Canta Mejor

La gente no es tonta. Bueno, la que no es tonta. El resto, sí.
Se sabe que dos por tres (es seis) sale una historia en la última página del suplemento (inserte aquí el correspondiente de su diario favorito) acerca de un tipo que tenía una panadería y que un día se equivocó y en vez de azúcar le puso sal a la masa de los vigilantes y así inventó el... cosondro, y que ahora vende a lo loco y tiene una cadena de cosondros y vendió la concesión a trece países y se compró hasta una moto.
Otra historia puede ser la de una bailarina de 8 años a la que le dijeron que era muy gordita para usar tutú, y se puso una clínica para bailarinas con sobrepeso y ahora fundó un circo de gorditas que recauda en una tarde lo mismo que el Teatro Colón en seis meses.
Bueno, entonces está la historia de este tipo que no era tonto. Le gustaba cantar pero se daba cuenta de que en el mundo de hoy si no se acuesta con alguien, ni en pedo va a poder grabar un disco o ir a la meca de la música popular (no, no estoy hablando de Obras sino del programa de Tinelli). Pero como no le gusta acostarse con gente si no es por amor, ponele, entonces ideó una estrategia que, si bien es sacrificada, al menos le cuida el invicto y tiene el éxito casi asegurado: se consiguió un trabajo de barrendero en Manliba, ponele, y logró que le asignen la zona de Palermo Ahí nomás se pone a sacar brillo a las veredas mientras canta a viva voz el repertorio completo de Roberto Carlos y de Los Chalchaleros.
El tipo sabe, confía y hasta se frota las manos (bueno, esto último es por las ampollas que le saca el escobillón que tiene que usar) porque en cualquier momento sale un productor de televisión que lo escucha y se lo lleva así como está, con escobillón y todo, al programa del muñeco Mareco a cantar por un millón de dólares. Y así de sucio y oloroso, no hay riesgo de que alguien lo quiera empomar.
Genios hay muchos. Pero se esconden.

2 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

Una historia ejemplar y edificante que debería servirnos a todos de inspiración

(la de la gordita que puso el circo, digo)

tornes dijo...

Don Lobson, no le recomiendo que inspire cerca del barrendero...