martes, 30 de junio de 2009

Alimento para las Masas

Nunca fui una persona que disfrute mucho de las comidas. Sí, me gustan algunas cosas y hasta me gustan mucho. Pero no hacía fiestas cuando me servían unos ravioles caseros ni unos varenikes de película. O quizás hacía más fiestas cuando había hamburguesas. La comida era un trámite. Había que comer. Eso era todo. Es más: recuerdo haber dicho (de hecho la última vez no fue hace mucho) que de existir píldoras tipo astronauta (pasame una pastilla de pechuga de pollo a la provenzal) las comería con gusto y utilizaría esa horita para otra cosa.
Pero ahora que se me vienen los años encima y empiezo a desarrollar cierto placer inusual por determinadas comidas, me doy cuenta de que ya no soy el mismo que antes, y que no puedo comer todo lo que se me da la gana si es que quiero seguir pasando por la puerta del ascensor.
Life is a bitch.

1 comentario:

Gusty dijo...

Ah, queres seguir sacandote fotos...