Gato Encerrado

El otro día (bah, ayer) me topé con un montón de barro que derrapó desde unos campos hacia la avenida por la que iba. Pegué una frenada y el auto como si nada. Unos diez metros siguió andando lo más pancho (¡qué pancho!) hasta que se dignó a aminorar la velocidad. Me preguntaba qué habría pasado de haber tenido una persona adelante.
Y enseguida mi cabecita loca empezó a imaginarlo.
La gente se muere en accidentes de tránsito. Es cierto. y cada vez más. Claro, si hasta ayer se murieron 3 millones y hoy se muere uno, claro que van a ser "cada vez más". A no ser que algunos resuciten. ¡Come on!
Y a no ser que te pisen de verdad, es decir, que te pase la rueda por encima de algunos órganos vitales para seguir viviendo, no entiendo la razón para tantas muertes.
Es decir: supongamos que el kía clava los frenos pero no llega a tiempo. Te pega un topetazo y salís volando... digamos... unos 5 metros. Onda... ¿de qué te moriste? ¿De un golpe en la cadera? ¿de un raspón en la rodilla? ¡Vamos! ¡No sean maricas, loco! Si estuviésemos hablando del hígado o algo importante como... no sé... el intestino delgado, todavía. Pero tampoco exageremos la nota. Te vamos a llevar chocolates al hospital, está bien. Pero tampoco te mueras así por cualquier cosa. No sean llorones, ¿estamos?