sábado, 15 de octubre de 2011

Planes

Uno invierte unos 40 segundos en elegir la remera que se quiere poner. Teniendo en cuenta que uno es hombre -y no esas variantes pre-puto llamadas metrosexual o similares-, 40 segundos es un montón.
Y a los 30 segundos de vestirla, viene tu hijo y te tira un vomitito tipo yogurt y te la caga no solamente para ese día sino para siempre. Porque sabemos que ese yogurcito es letal y el olor no se va nunca más.
Y ahí fueron 80 segundos al tacho.
Sí, los 10 segundos adicionales son los que tardamos en elegir la segunda remera, porque a esta altura, ya nos chupa un huevo.


1 comentario:

tornes dijo...

Cuando te haga éso, meale toda su ropita. Así va a aprender.