Cuando el papá le decía al nene que aprovechase a irse a dormir a su camita porque en cualquier momento podía venir el hombre de la bolsa, sabía lo que hacía. El nene desoía el consejo.
El papá había comprado cien mil acciones de la empresa de Sea Monkeys hipotecando la casa. Lo perdió todo. Vino el señor de La Bolsa a cobrarles y les sacó el departamento.
El nene tuvo que empezar a dormir entre cartones en la calle.
No, no, no... está muy mal desobedecer a los papás.
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