Uno duerme. Cuando puede. No mucho. Pero duerme.
A veces uno se despierta. Si tiene la suerte. Y a veces es justo la hora en que una sirena ululante avisa que hay que ir a trabajar o whatever. Pero a veces es en el medio de la noche y uno se fastidia un poquito por la molestia pero a la vez disfruta que puede darse vuelta y seguir durmiendo un par de horitas más.
Esa placentera imagen tiene una contra. Para ver qué hora es, en el mejor de los casos -suponiendo que se dispone de un radiorreloj digital con numeritos luminosos- hay que girar sobre uno mismo, enredarse un poco en las sábanas y/o frazadas y/o conyuge y si la suerte no se pone de nuestro lado, despabilarse y darse cuenta de la necesidad de ir al baño, y de entrar en la peligrosa zona de no poder volver a dormirse rápido.
Todo eso podría evitarse si se inventase un fácil artefacto de un tanto complicada implementación, aunque no imposible: un radiorreloj despertador en el techo.
Con solo abrir un tercio de ojo podríamos pispear que son las 3:14 AM y seguir durmiendo sin causar la mínima molestia a nuestro descanso ni al de nuestros semejantes. Y no solamente eso, sino que existe la menor posibilidad -reconozcámoslo- de volver al sueño original que veníamos teniendo hasta ese punto de la noche, e incluso de poder modificarlo sabiendo que es un sueño.
Tamaña felicidad se esconde en una simple instalación en el cielorraso de la pieza.
¿qué esperan para traer la escalera?
4 comentarios:
Qué linda que sería la vida, no?
Un simple lente en la parte superior del reloj, que proyecte la hora al cielorraso, es aun más simple.
Ramiro, corramos a patentarlo...
Yo lo implementé una vez e iba todo bien. Hasta que me despertó un reloj que me cayó en la cabeza y desde entonces tengo insomnio perenne. ¡NO LO RECOMIENDO!
en este caso paso...
si me despierto y veo q falta una hora para levantarme no me duermo mas...
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