Y bueno, ni falta que hace contar lo que pasó con esas canciones que conquistaban a las señoritas. Las musiquitas fueron cuidadosamente seleccionadas, las declaraciones a la prensa meticulosamente redactadas por otra gente, la ropa que era acorde a todo esto tan incontrolable que le estaba pasando se tornó controlable y controlada también.
Ya nada quedaba de aquella voz que entonaba sonriente ante sus escuchas porque ahora había que poner cara de éxtasis o cara de orgasmo en el escenario para que todo cerrase en un perfecto paquetito que se vendía como musical, pero que cada día lo era menos.
1 comentario:
Y? Y? Estoy leyendo eh!
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