El Misterio del Ruidito - Parte 3

La vida ya no era lo mismo para Ramiro. Y él que pensaba que con un auto nuevo se iban a terminar los problemas de pérdidas de aceite, los embriagues malos, los amortiguadores cansados y todas esas cosas deprimentes que lo llevan a uno al taller mecánico. Claro, esas cosas terminaron, pero vino una mucho peor.
Pensó en devolver el auto reclamando que estaba fallado, pero imaginó que no le darían mucha bola. Imaginó usar métodos más persuasivos como meterse con auto y todo en la concesionaria, pero una vez más la burocracia de tener que ir preso lo detuvo.
Estaba desesperado, tambaleando en la delgada linea que separa al ser humano entre resignarse y ser una persona infeliz o volverse loco y perder noción de lo que es real y lo que no.
Justo en ese momento en el que estaba por meter la nariz en el caño de escape con el objetivo de ver si de ahí provenía el ruidito misterioso, y si no de aspirar algo que acabase con esa vida ingrata, justo en ese momento llamó Paka.
El viejo amigo estaba de paso por la ciudad y quería encontrarse para rememorar tiempos pasados.
La idea sonaba bien. Sonaba mejor que el zrrm zrrm zrrmmm, con seguridad. Quedaron en encontrarse en el centro y Ramiro sonrió fugazmente recordando que gracias a Paka conoció el disco Selling England By a Pound y creyó que no se lo había agradecido lo suficiente. Era una buena oportunidad de saldar deudas pasadas. También volvió a sonreir cuando recordó que en ese momento en el auto llevaba el disco de Peter Gabriel y que Paka era uno de eso astronautas que en los '80s decía que el mejor Genesis era el de Gabriel. Hoy Ramiro sabía cuánta razón tenía el bueno de Paka.
Encaró para el encuentro feliz de poder distraerse un poco. Claro que el viaje fue una tortura como siempre. Pero había un motivo para vivir.
Ramiro todavía no sabía lo importante que sería la presencia de Paka en toda esta historia. No sabía que iba a descubrir que Paka fue enviado para salvarlo de la perdición.

Continuará...