jueves, 30 de octubre de 2008

Decisiones Difíciles

Estornudás de repente. Sin aviso. Sin siquiera estar resfriado.
Atinás (¡qué suerte!) a taparte la boca, nariz y ojos fruncidos por el esfuerzo con una mano o dos (según el tamaño de la napia).
Pero todos sabemos que el estornudo no viene nunca solo.
Tenés algo en la mano. Hay gente alrededor tuyo que te dice salú. Vos pensás más que salud en qué hacer con la mano. Dos opciones a cuál peor:

1) hacer como si nada y llevarla delicadamente a la parte posterior de tu jean y secarla sin más.
2) buscar un pañuelo en el bolsillo (o carilina si sos menor de 25 años) y secarte la mano poniendo en evidencia ante todos que te acabás de estampar un soberano gargajo verde en la palma con la que después nadie te va a querer saludar al despedirse.

La 1 parece una opción preferible, pero siempre y cuando no hayas tenido la mala suerte de no proferir un estornudo inocente de saliva diluible en jean. En caso contrario, la desagradable sustancia se desparrama en el jean dejando un haz mocoso y visible solamente a tus espaldas, lo que facilita que tus amigos se burlen fácil y cómodamente de vos sin peligro de ser vistos.

Cuestión... ojo con el Atchís. Podés quedarte soltero para siempre.

3 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

cuando era adolescente me quedó la costumbre de decir al estornudar ¡Atchusala!) hasta que alguien, no recuerdo quien, me hizo el gran favor de decirme: no no, don't do it

Anónimo dijo...

si con el atchís te quedas soltero, con el atchusala te quedás eunuco.

Anónimo dijo...

Che, ¿Y llevarse la mano disimuladamente al bolsillo en el que se encuentra un pañuelo estratégicamente colocado junto a una cajita de pastillas tic tac de menta? Te limpias el mocardo y luego sacas la cajita de tic tac y te mandas una "para aclarar la garganta".Nadie se da cuenta y quedas como un duque.

Experiencia de un alérgico.