miércoles, 8 de abril de 2009

Nunca Llega a ser Corneta

Mucha gente me pregunta bastante seguido (a veces me pregunto si se turnan ordenadamente o si es pura casualidad) por qué nunca aprendí a tocar ningún instrumento. Y cada vez que lo hacen, sabiendo que soy una persona adicta a la música a niveles que todavía no figuran en los libros de medicina, es como si me metiesen el toc toc en la herida y me recordasen mi prematura renuncia a la orquesta del jardín de infantes debido a que me volcaron la coca cola encima de mi pantalón Diportto nuevito nuevito.
Y desde allí, décadas de resistencia.
Pero si piensan que al acercarse a la crisis de los cuarenta uno va y hace todas las giladas que no hizo de chico porque "se viene la noche", se equivocan. Uno piensa. Piensa piensa y piensa, principalmente porque uno ya no está para esos trotes.
Y bueno, a veces llegan las respuestas. Muchas equivocadas, pero a la vez inverificables, lo que les da un tinte de verdad que nos deja tranquilos para envejecer satisfechos de haber llevado una vida plena.
Entonces, volviendo a los instrumentos, creo que tengo finalmente la respuesta.
Es como los magos: uno disfruta viendo como cortan a la chica en dos, y si bien uno se pregunta "¿cómo mierda lo hace?" (o a veces "¿cómo es que no la hace mierda?"), en el fondo no quiere saberlo, para poder seguir asombrándose time after time con esa magia, valga la redundancia.
Los instrumentos son similares. Cuando Pedrito Aznar te pela ese "cuuuaaaaaaa cuaaaaa cuuuuuuuaaaaa" y no tenés ni idea por qué ningún otro bajista en el mundo hace eso, si es que es tan difícil o simplemente que no les gusta, preferís seguir con la intriga que le deja un aura de misterio al asunto. Si llegases a saber tocar el solo de Highway Star de Purple, Ritchie Blackmore dejaría de ser el ídolo que es. Si pudieses tocar la batería como Neil Peart en YYZ, ya nada sería lo mismo.
A mí la música me gusta oírla así, con la boca en forma de "O", asombrado, maravillado, admirado. Y no me obliguen a cambiarlo.

8 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

Totalmente de acuerdo!!

(además en el mundo ya hay suficientes musiquillos mediocres, no le sumemos uno más jejejejejejej)

Ernesto Puesto dijo...

Disiento. Haber sido capaz de reproducir el "solo" de Gilmour en "Time" de Pink Floyd, no ha hecho mas que agregarme motivos para maravillarme. Algo similar me pasa cuando analizo la armonía de temas de los Beatles, o ciertas cosas de Bach.
El tener conocimientos musicales me agregó nuevas formas de poder apreciar la música, como poder apreciar la técnica o el ingenio de la artesanía
Su argumento me suena al argumento de la zorra que dicen que las uvas "estan verdes" en la famosa fabula de Esopo

Anónimo dijo...

Don Puesto, hace bien en disentir. Pero no me convenza que estoy en un tratamiento anti depresivo pre crisis de los 40. NO me desequilibre que cuando me pongo a llorar, no hay quien me pare!

Libelula de Acero dijo...

Yo vengo a decir que estoy en huelga de comentarios hasta que no sepa mas de su novela.
es de amor?
es de tiros?
Cuando sale?
Usted escribe como soriano?
Quiero un post de su novela.
Eso y ademas quiero quedar en el top tres de los comenteadores de abecedarios. Esto último se me complica por la huelga pero ya vere como lo resuelvo...

Anónimo dijo...

¡El tercer lugar en el podio está peleado eh!

Detalles de la novela en breve, muy breve.

tornes dijo...

Ramiro, usted está entrando a la edad en la cual se comienza a escuchar tango.

Ernesto Puesto dijo...

Perdone Ramiro... Es una pavada, no se pierde nada...

Anónimo dijo...

Don Ernesto: un amigo.