domingo, 10 de noviembre de 2013

350 cosas que tenés que saber @61

El colectivo @61

Mucho comunismo, mucha rusia, mucho cuba, pero la que inventó el colectivo es ni más ni menos que La República Argentina.

Ese auto gigantesco, pésimamente decorado y con un orangután al volante, que hoy se usa para matar mamás, realizó su primer viaje como tal en 1928, saliendo de Lacarra y Rivadavia, esquina en la cual me he congelado los huesos esperando el primer 92 los sábados a la noche, cuando ya pisaban las 4:30 de la mañana.

Y si querés saber por qué se les dice "bondi" te vas a sorprender al enterarte que viene de la palabra bonde, en portugués, que significa transporte público colectivo.

En los viejos tiempos le comprabas el boleto al asesino al volante. Te daba un papelito con un código de colores según lo lejos que ibas y el precio que pagabas por ello. Tenía número de 5 cifras, que cuando se leía igual de derecha a izquierda y viceversa, se le denominaba capicúa, y se decía que traía suerte. Mucha gente, como yo, los coleccionaba. Y mucha suerte no me trajo, al menos no con los colectivos.

Existía un inspector, o chancho, que te pedía el boleto y con una técnica rudimentaria pero efectiva podía saber si te habías hecho el vivo y sacado un boleto más barato que el que te correspondía, en cuyo caso te hacías el boludo mediante alguna de las siguientes técnicas:
1) te hacías el dormido
2) gritabas "¡que??? me pasé????"
3) ponías cara de pobrecito
4) ponías cara de pelotudo tirándo a mogólico
5) ponías cara de "sé donde vivís..."
Dependiendo del chancho y del éxito de tu cara, podía perdonarte la vida, hacerte pagar la diferencia, la multa de dos boletos y medio, o simplemente hacerte bajar.

Con el tiempo pusieron máquinas expendedoras de boletos, cuyos números tenían 6 u 8 cifras (no recuerdo) y sacarse un capicúa era más difícil que conseguir asiento en un colectivo de la línea 24. La gente dejó de darle bola. Incluso aquellos que sumaban todos los números y luego los dos dígitos resultantes entre sí para ver qué número les tocaba y si era siete se ponían contentos, también dejaron de hacerlo.

Hoy, creo, hay una tarjeta magnética llamada SUBE o PASO o MIERDA, no se. No hay papelitos, no hay capicúas, no hay numeritos, no hay nada.

Lo único que tenés que saber de los colectivos, es que el que lo maneja es un hijo de puta.

2 comentarios:

tornes dijo...

¿Eso de que te canjeaban x cantidad de boletos por una silla de ruedas, es un mito urbano?

Josi dijo...

es como la libertadores de san lorenzo