martes, 14 de enero de 2020

Cosas que solo a mí me pasan

En la sala de ensayo, el violero cuenta que a su hijo recién nacido, le puso de nombre Arbel. Claro, la madre es argentina y al toque le puso de sobrenombre "Arbolito".
Gracioso.
Entonces me acuerdo y les cuento la anécdota del hijo de un amigo (al que vamos a llamar G) que le puso a su hijo un nombre que en su momento me pareció muy gracioso si lo pensás en castellano.
Pasan 20 minutos y, después de 6 años de no hablar por teléfono con él, como mínimo (*a tal punto que ni Whatsapp tenía yo en esa época) me llega un whatsapp de G, preguntándome si yo era empleado de Habana Labs, una empresa israelí que blah blah blah que no viene al caso.
Cuestión que... una cosa es que el teléfono te escuche. Otra es que se meta en la cabeza de G y le ordene mandar un whatsapp.

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